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martes, 30 de diciembre de 2008

Rascadores gatunos: divertidos y prácticos.


Los rascadores para gatos son indispensables para la salud de nuestras mascotas... ¡y también para la de nuestros muebles! Los gatos necesitan afilarse las uñas por naturaleza y, si no les proporcionamos un lugar adecuado para hacerlo, tendrán a utilizar alfombras, sofás, sillas tapizadas...


Para evitarlo, lo más práctico es ponerle un rascador, que no son más que unos cilindros recubiertos de sisal (cuerda muy resistente). En la mayoría de los casos, los gatos aprenden con mucha facilidad a arañar el rascador y no el resto del mobiliario. Bastará con pillarlo "in fraganti" rascando en un lugar inapropiado, alzarles la voz o hacerles palmas y llevarlo hasta el rascador para que arañe allí.


De rascadores los hay muy sencillos, para dejarlos en el suelo o colgados de una pared, y muy elaborados con varios pisos. Estos últimos, además de proporcionar un lugar adecuado para arañar, también les ayudan a combatir el sobrepeso, tan frecuente en gatos que no tienen acceso al exterior, ya que el hecho de ir saltando de un piso al otro, simplemente les encanta.


Muchos de ellos, además, incorporan algún tipo de juguete colgante, normalmente en los pisos más altos, que los incentiva a trepara para poder jugar.


Otros también disponen de unos cubos recubiertos de tela aterciopelada, en donde los gatos pueden descansar bien recogiditos.


Así que con todas estas opciones ya sólo os falta decidir cuál es el que se adapta más a vuestras necesidades. Vuestro gato estará encantado y vosotros conservaréis vuestros muebles en perfecto estado.

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