Todo lo que tienes que saber sobre las Tortugas acuáticas.

Si estas Navidades tienes la sospecha de que los Reyes Magos van a traerte a este simpático reptil como regalo ¡cuidado! Ahí van unas recomendaciones básicas para que tu galápago esté siempre sano y sea feliz.

Lo primero que tenemos que entender es que las tortugas son reptiles, y como tales, regulan su temperatura corporal en función de la temperatura ambiente (son de sangre fría). Si tenemos en cuenta que, además, son importadas directamente de su lugar de origen, como Florida o Costa Rica, donde el clima es más suave y cálido, la pregunta que inevitablemente se nos plantea es: ¿Cómo hago yo para imitar esas condiciones en casa?

Es más fácil de lo que parece. Lo ideal, es adquirir desde el principio un acuaterrario de cristal. (descartamos de antemano las islas de plástico, que son pequeñas y perjudiciales para el animal, pues no dejan que éste se desarrolle con normalidad). Éste debe de tener una plataforma para que la tortuga salga del agua cuando quiera y también debe de tener capacidad suficiente como para que nuestra mascota pueda bucear. Pensad que las tortugas crecen alrededor de un palmo de largo, por lo que ahorrareis dinero si comprais directamente un acuaterrario adecuado para ese tamaño.

Para conseguir que el agua esté a una buena temperatura, es indispensable colocar un calentador como los de los acuarios. Los termocalentadores tienen una ruedecita para elegir la temperatura que queremos (alrededor de 26ºC) Como norma general, estos aparatos no deben colocarse en tortugueras de plástico porque las podrían quemar. Es bueno colocar un termómetro acuático dentro del agua de nuestra tortuga para comprobar de manera rápida que el calentador funciona y que la temperatura es la correcta (pensad que en verano, la temperatura ambiente es más elevada y para conseguir los 26ºC del agua, quizás tengáis que mover la rueda del calentador a temperaturas más bajas. En invierno, lógicamente, será al contrario). Leed muy bien las instrucciones del aparato antes de utilizarlo y cuando lo compréis, mejor adquirid uno que sea totalmente sumergibe.

Poniendo el calentador, ya habremos dado el paso más importante. Si alguno de vosotros está pensando que ha tenido tortugas anteriormente y que no le ha puesto nunca calentador os diré un secreto: las tortugas que no tienen el agua caliente constantemente, entran en un letargo forzado ( a excepción de alguna especie en concreto) cuando la temperatura es muy baja. Esto las lleva a dormir para mantener la energía suficiente para realizar el metabolismo. Algunas no superan ese estado forzado de supervivencia y mueren durante el invierno. Las que sobreviven, lo pasan mal, y se despiertan en primavera.

Por otra parte, también podemos optar por colocar un filtro que nos ayude a tener el agua limpia por más tiempo.

La luz artificial, es buena sólo si es especial para reptiles (ayuda en la absorción de calcio) pero no es del todo indispensable.

Lo que no debe de faltar nunca es una pastilla de calcio de disolución lenta. Estas pastillas van muy bien, sobretodo cuando la tortuga está creciendo (pensad que en su habitat natural, duplican el tamaño en seis meses).

En cuanto a la comida, cuando son pequeñas se comen mejor las gambas secas especialmente preparadas para ellas, pero cuando crecen un poco hay que introducirles pienso para que estén bien alimentadas. Si bien, tampoco harán ascos a algún que otro insecto que caiga en su tortuguera. ¡Atención! No las mezcléis con peces pues son carnívoras y no dudaran en comérselos.

La limpieza del agua es fundamental para que no contraigan enfermedades (aunque alguna que otra especie es de habitat pantanoso). La más habitual es la hinchazón en los ojos (ojos hinchados, cerrados y blanquecinos) y existen colirios especialmente pensados para curarlas.

Tened en cuenta también que el cloro es perjudicial para ellas por lo que lo ideal sería dejar reposar el agua 24h antes de proceder al cambio, consiguiendo así que se evapore. También existen productos anticloro, pero es más natural dejar que se evapore.

Como veis, tener a las tortugas de manera adecuada no es tan difícil. Sólo hay que proponérselo y cambiar de hábitos. ¡Ánimo!