Agility.

Es el deporte canino por excelencia y comparte protagonismo con el lanzamiento de frisbee y los concursos de pastoreo.

El Agility es una disciplina divertida tanto para el perro como para su dueño, que lo acompaña durante la realización de los ejercicios. Es ideal para que los perros gasten energía, refuerza el vínculo perro-propietario y, además, es bueno para incrementar la efectividad en los ejercicios de disciplina.

El Agility es, básicamente, un recorrido con una serie de obstáculos numerados por los que el perro deberá superar de manera correcta y ordenada.

El obstáculo por excelencia es la valla simple por la que el perro debe saltar al igual que lo haría un atleta. Los túneles, ciegos o abiertos, deben ser atravesados por  el lado correcto, de lo contrario el perro puede ser descalificado. En el eslálon una sucesión de varas  colocadas en linea recta deberan ser superadas en zig-zag en el menor tiempo posible (es uno de los más difíciles de dominar). En los balancines, pasarelas y empiladas, que están pintadas en dos colores, el perro no podrá pisar uno de estos, situados normalmente al final y al principio de cada obstáculos y pintados de color azul.  Y por último la rueda flotante la cual el perro deberá atravesar de forma limpia.

No todos los obstáculos han de formar parte obligatoriamente de un mismo recorrido, si no que son combinables. Existen penalizaciones en forma de segundos extra que se añaden al tiempo empleado para realizar el recorrido. Gana el más rápido.

El Agility es una buena forma de pasar los domingos con vuestro amigo de cuatro patas ya que su práctica no suele ser cara y además correréis tanto o más que ellos por lo que os mantendréis en forma.