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viernes, 4 de septiembre de 2009

¿Qué caseta elijo para mi mascota?



A la hora de elegir una caseta para nuestro perro o gato deberemos tener en cuenta varios factores, como el tamaño de nuestro animal, los materiales con los que está fabricada la caseta, la aislación térmica que aporta (si es que lo hace), etcétera.

Para empezar sería bueno distinguir entre dos casos: aquéllos en los que la caseta va a ser el refugio habitual de nuestra mascota, y aquéllos en los que sólo se va a utilizar en ciertos momentos (por ejemplo, si nuestro perro duerme dentro de casa pero se pasa el día en el jardín).

Si el perro pasa las noches dentro de la casa o del garaje y el resto del día lo dejamos en la parcela o jardín, entonces deberemos buscar una caseta que le proteja de la lluvia, del frío y del sol, pero, sin duda, podremos optar por un modelo sencillo. Si de lo contrario el perro pasará la noche en la caseta, entonces deberemos ser más rigurosos para que las heladas nocturnas y resto de inclemencias resulten lo menos incómodas para el animal.

En el mercado váis a encontrar multitud de materiales: las hay de plástico normal y corriente; de madera; de plástico con capas internas aislantes...

Deberíais tener en cuenta:
1. Que esté provista de patas o alzadores para que no esté pegada directamente al suelo. Así reduciremos la posibilidad de que el agua de la lluvia entre dentro de la caseta y aislaremos del frío del suelo.
2. Que los materiales empleados sean resistentes a los rayos del sol. Algunas casetas llevan revestimientos específicos para que no se estropeen visiblemente, al menos a corto plazo.
3. Que aislen térmicamente. No todas tienen esta característica. Existen, al menos, dos tipos de aislante: las que tienen capas por dentro del plástico y luego una especie de mantas térmicas que se ajustan a las formas de la caseta. Es una opción interesante, aunque no hace milagros.
4. Que tenga ventilación. Que el aire circule por dentro es importante, sobretodo en verano. Algunas casetas poseen rejillas que se pueden abrir o cerrar dependiendo de la estación y de las necesidades de nuestra mascota.
5. Que el material no sea poroso. Si lo es, será más fácil que pulgas y otros parásitos puedan anidar.
6. Que tenga un sistema de evacuación de agua. Por si se cuela el agua.

Cabe decir que es difícil encontrar una caseta que reúna todas estas características, pero está bien tenerlas en cuenta.

En cuanto al tamaño: debe de ser proporcional al perro. Éste debe encontrarse cómodo en su interior, ni muy holgado (pues pasará más frío en invierno), ni muy estrecho. Tomad sus medidas antes de ir a comprarla y así acertaréis seguro.

En cuanto a la colocación: aunque quede muy bonita puesta en medio del jardín, no será lo mejor para el perro... Lo ideal: colocarla en un porche, resguardada del viento y la lluvia y del sol directo.

En cuanto a las puertas: en mi opinión son una pérdida de dinero. Son caras (algunas más de 30€), pueden hacer más difícil que el perro o gato decida introducirse en la caseta y además son de plástico, normal y corriente por lo que aislar, lo que se dice aislar, pues tampoco hacen mucho.
Claro que eso ya os lo dejo a vuestro criterio (por cierto, suelen venderse a parte)

¿Qué hacemos si tras comprarla (con toda la ilusión) nuestro perro no quiere meterse dentro? Ante todo no obligarle. Le colocaremos su cojín dentro de la caseta, con algún juguete o morderor si hiciera falta. Le iremos animando a introducirse utilizando un tono de voz suave y agradable y con paciencia. También podemos emplear alguna de sus chucherías favoritas.

Y recordad que si adquirís una caseta de madera no tratada tendréis que darle una capa de barniz para madera de exterior, para que no se os estropee enseguida.

1 comentario:

  1. Que interesante entrada.La verdad es que ante todo no obligarles porque entonces si que nunca se adaptará, tiene que el ir sólo por su propio pie e interes, así seguro que no hay quien le saque de la caseta jaja
    Saludos y suerte en la recta final del concurso.
    Besos*

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