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miércoles, 25 de noviembre de 2009

Bases para la alimentación racional del perro.



En 1985 el profesor Wolter, de la Escuela Nacional de Veterinaria de Alfort (Francia) redactó lo que hoy se entienden como las 10 normas básicas para la alimentación canina. Éstas os ayudarán a evitar los errores más comunes en relación al racionamiento alimentario de vuestro perro.
  1. Administrar cantidades de agua suficientes. El perro siempre debe disponer de agua fresca y limpia a su disposición. La necesidad orientativa diaria es de 60ml/kg. siendo ésta mayor en perras en periodo de lactancia, cachorros, climas calurosos o épocas de trabajo.
  2. Respetar las transiciones alimentarias. Si hay que cambiar de alimento se debe hacer de manera progresiva, a lo largo de una semana para permitir al perro adaptarse a él y para dar tiempo a su microflora intestinal de reconstituirse en función del nuevo alimento.
  3. Asegurar al perro comidas regulares. El animal estará más a gusto si recibe todos los días, a la misma hora, el mismo alimento en el mismo comedero.
  4. Controlar las cantidades de alimento administradas. Se debería de pesar al perro con regularidad para adaptar la cantidad de alimento a los requerimientos energéticos del animal y así evitar la obesidad.
  5. Proporcionar al perro una dieta equilibrada. El alimento debe contener todos los nutrientes necesarios para cubrir las necesidades específicas de cada perro en función a su tamaño, su estado fisiológico, su edad o la eventual aparición de enfermedades.
  6. Elegir correctamente el alimento del perro. Hay que prestar especial atención a tres factores: la edad, el nivel de actividad física y el tamaño.
  7. Utilizar el alimento de manera racional. Hay que seguir el modo de empleo del fabricante y no darles restos caseros.
  8. Mantener un buen nivel de higiene. Se deben conservar las latas abiertas en la nevera y el pienso en un lugar seco, con la bolsa bien cerrada. Se debe de limpiar el comedero a diario.
  9. Controlar los resultados individuales. Por la calidad del pelaje del animal o de sus heces seremos capaces de determinar si la alimentación que le estamos administrando es la adecuada para él o no.
  10. No dudar en recurrir al veterinario. Hay que acudir a él si apreciamos falta de apetito, bulimia, adelgazamiento o aumento de peso anormal, diarrea o estreñimiento persistentes, trastornos físicos o de conducta preocupantes,...

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