El baño de los conejos y cobayas.

Aunque es cierto que el otoño no es la mejor época del año para bañar a nuestras pequeñas mascotas, en ocasiones es inevitable.

En el caso de los conejos es más complicado, pues nuestra máxima será secarlos muy bien. Como, por lo general, el secador suele asustarlos en demasía, deberemos secarlos con la toalla y elegir un día que no sea demasiado frío. Todo esto siempre y cuando tenga sus vacunas en regla, sino, el riesgo de constiparse será mayor. Si podemos evitar el baño en estos meses, lo haremos, y utilizaremos el champú específico sólo para las zonas sucias, como las patas o la zona de las orejas que se arrastra por el suelo (en el caso de los belier).

Con las cobayas es más sencillo porque aguantan bien el secador. Utilizaremos un barreño pequeño y lo llenaremos con agua tibia (también nos puede servir el bidé de casa). Le haremos un buen masaje con champú específico (normalmente el de conejos sirve), retiraremos muy bien el jabón y procederemos al peinado y secado. Un peine de púas será suficiente. Si nuestra cobaya es peruviana (de pelo largo) podemos aprovechar para cortar un poco el pelo, pues las deposiciones pueden quedarse pegadas en la zona anal.

En ambos casos tendremos cuidado de que no les entre agua en los oídos y evitaremos mojarles la cara.

Podemos acabar su higiene con un rociado de colonia para roedores. Si la pulverizamos sobre el peine en vez de sobre el pelo directamente, le daremos buen olor cada vez que lo cepillemos y así permanecerá limpito y perfumado durante más tiempo.