Mantener un Camaleón como mascota
no es fácil. Tiene unos requerimientos específicos que deberemos conocer antes de embarcarnos en esta selvática aventura.
Lo primero que debéis saber es que no es una mascota para niños, ni siquiera para que se ocupen de ella los adolescentes. Esto lo tendréis que tener muy en cuenta si os decidís a adquirir una, pues su buen estado de salud dependerá enteramente de vosotros.
De camaleones hay de muchos tipos: desde los que crecen apenas un palmo hasta los que llegan a 40cm. Este dato es el primero que deberemos de conocer antes de plantearnos a montar el terrario: si éste no tiene el tamaño adecuado al de la especie en estado adulto, el camaleón podrá sufrir daños en su salud irreparables, tales como problemas de huesos y mal crecimiento.
Un Calypstratus o un Senegalensis son buenas opciones porque su tamaño es moderado.
El terrario ideal será más alto que ancho, pues son animales trepadores o arborícolas. Las dimensiones mínimas serían de un metro de alto por 60cm de ancho (evidentemente contra más grande, mejor). No es fácil encontrar este tipo de terrarios en las tiendas, que acostumbrar a vender terrarios estándars, apaisados, aptos para un abanico más amplio de especies como las tortugas o los geckos. Es posible que tengáis que encargarlo y su precio suele ser considerable. Sin embargo el gasto lo haréis sólo al principio, pues una vez montado, los costes se reducen al mínimo.
Los terrarios que se venden en las tiendas habitualmente vienen en kit, con una luz y una manta de calefacción. Ambos aparatos nos serán de utilidad pero habrá que tener en cuenta un par de factores extra.
La luz que viene en el kit, como imagináreis, es una luz estándar, válida tanto para animales de selva como para animales de desierto. Eso no significa que sea la ideal ni mucho menos. Para empezar la podéis conservar, pero a los 6 meses (período en el que hay que cambiar los fluorescentes aunque no estén fundidos) deberéis de sustituirla por otra más específica para animales de selva. Como comprenderéis no pega igual la luz (ni sus características son las mismas -UV, longitud de onda...) en la selva que en el desierto. Es posible que si la tienda a la que acudís no es especialista en reptiles os tengan que encargar también este tipo de fluorescentes (su precio puede variar entre los 35 y los 50€).
Por lo general el tubo fluorescente se inserta dentro de otro tubo de plástico que tiene en cada uno de sus extremos un cebador que lo conecta a la corriente. Este tubo de plástico no debe de ser hermético sino que debe de tener una insición o corte, para que la luz pase directamente al terrario y no se filtre por el plástico (si no la tiene la tendréis que realizar vosotros).
En cuanto a la manta de calefacción, es una buena opción porque consiste en un plástico que se coloca debajo del terrario, por fuera, y se enchufa a la corriente. De este modo va calentando el terrario poco a poco. Pese a que la opción es buena porque no da la oportunidad al animal de quemarse al tocarla, como puede pasar con las piedras calefactoras, en ocasiones el calor se concentra todo en la parte de abajo y no llega hasta las partes más altas del terrario. Esto lo comprobaremos colocando un termómetro de terrario en la parte más alta. Si la temperatura es baja (varia con la especie) nos veremos obligados a colocar una bombilla calefactora (mejor si la ponemos con su correspondiente soporte metálico que mantendrá al camaleón alejado de ella).
Una vez tenemos lo básico pasaremos a la decoración. En el suelo colocaremos turba que se humedezca con facilidad. La turba se ensucia poco pero aún así hay que sustituirla con frecuencia porque en ocasiones traen bichitos. Colocaremos ramas formando un entramado vertical y lianas enrolladas entre ellas para proporcionar puntos de apoyo. También colocaremos plantas por todo el terrario (para empezar mejor de plástico, ya tendremos tiempo de ahondar en el tema de plantas y/o paludarios más adelante). Es muy importante que las plantas estén en abundancia para proporcionar intimidad al camaleón.
Por último deberemos ubicar una fuente dentro del terrario para mantener el ambiente húmedo como en una selva. En las tiendas encontraréis fuentes (con circuito cerrado evidentemente) o cascadas ya preparadas, que son realmente espectaculares. Dan un toque muy bonito al terrario y lo mejor, proporcionan humedad y una fuente de hidratación para el camaleón. También encontraréis humidificadores que crean niebla en el terrario dando humedad al mismo.¡Atención! El camaleón sólo bebe si dispone de un goteo de agua continuo, no bebe directamente de un cuenco o chaco. Así que deberemos colocar las plantas de manera que al mojarse creen un gota a gota de donde el camaleón pueda beber.
También podemos fabricar la cascada nosotros mismos, y saldrá mucho más barato. Con una bomba de agua pequeña de las que se utilizan en los acuarios, una bandeja y unas piedras lo conseguiermos fácilmente.
Si no tenemos humidificador deberemos rociar el terrario con agua templada un par o tres veces al día sin darle al camaleón directamente (también existen unos aparatos que crean lluvia artificial).
En cuanto a la alimentación, los camaleones se alimentan de presa viva. Hay que proporcionarles grillos, moscas y tenebrios para que los cacen. En ocasiones es difícil encontrar algo más que grillos así que, para que el animal no tenga deficiencias nutricionales, antes de ofrecérselos los rebozaremos con una solución vitamínica especial para reptiles en forma de polvos que encontraréis en las tiendas.
Es conveniente que os hagáis con dos tipos de desparasitadores: uno para el terrario y otro para el animal. Así eliminaremos ácaros y demás.
Al adquirir a vuestro camaleón deberías realizar como mínimo las siguientes preguntas:
-¿De qué especie se trata?
-¿De dónde proviene (áfrica, suramérica...)?
-¿Qué grados de temperatura y humedad son los adecuados para la especie?
-¿Qué tamaño alcanza en edad adulta?
Además al comprarlo os deberán facilitar el CITES del animal, conforme está traido al país de forma legal.
Para finalizar recordaros que los camaleones son animales muy sensibles, que se estresan con mucha facilidad lo que puede llevarlos a consecuencias fatales. Hay que manipularlos lo menos posible y limitarse a observarlos en la belleza que el conjunto del terrario nos ofrecerá en nuestro hogar. Sus colores pasan del diferentes tonos de verde al marrón, o al amarillo intenso (normalmente si están amarillos es síntoma de que algo no anda bien). Cuando se enfadan o se estresan presentan como unas manchas de color verde más oscuro por todo el cuerpo... ¡Entonces es mejor dejarlos tranquilos!
Por supuesto todas estas recomendaciones son sólo las más básicas, pues se puede profundizar mucho más con el tema. Sin embargo si empezáis por tener en cuenta esta serie de consejos y poco a poco váis avanzando tendréis el éxito garantizado.
