Para que nuestro guacamayo se muestre lleno de vitalidad y belleza, hay una serie de cuidados básicos que deberemos tener en cuenta. Estos cuidados no corresponden más que al sentido común, y en general, se harían extensivos a otras especies. Sin embargo la singularidad de estas aves, me lleva a hacer un recordatorio de estos consejos.
- Alimento: la comida de nuestras aves debe de ser cambiada a diario, teniendo especial cuidado en retirar los restos de fruta del día anterior. Así mismo hay que recordar que no hay que ofrecerles fruta en mal estado. Si no es buena para nosotros, tampoco lo es para ellos. Es recomendable a la vez, añadir un multivitamínico para reforzar sus defensas naturales.
- Agua: se debe cambiar cada día. Muchas aves no beben si el agua está estancada. Cambiando y limpiando el cuenco del agua a diario nos aseguraremos de proporcionarles agua limpia y fresca. Pensad que los guacamayos en ocasiones lanzan comida al cuenco o defecan en él.
- Estrés: este factor es muy común en aves salvajes cuando se encuentran en cautividad. Para evitarlo unas recomendaciones básicas serían proporcionarles una jaula acorde con su tamaño (lo que significa que ha de ser bastante amplia), no exponerlo a ruidos estridentes como la música o la televisión muy altas, y ubicarlos en una zona tranquila.
- En verano: en los meses cálidos, si dispone de bañera, también hay que limpiarla a diario. Si no dispone de ella, es bueno pulverizarles agua para refrescarles.
- Parásitos: por último, deberíais de desparasitarlos externamente con regularidad e internamente una o dos veces al año.
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