Champús para perros.

Foto: Shina

El verano es un buen momento para realizar un baño a nuestro perro. Esto es necesario para controlar los ectoparásitos más comunes, para tratar pequeñas afecciones cutáneas y, en general, para limpiar y acondicionar el pelo y la piel del animal. Es útil también para eliminar los restos de olor tras el periodo de celo de las hembras o como paso previo a un corte de pelo.
Los champús para perro tienen un pH específico y adecuado a la piel de los mismos y no debemos usar nunca un champú de persona, pues podría dañarlos. Algunos champús los encontramos fácilmente en cualquier comercio pero otros necesitan prescripción veterinaria, sobretodo si emplean algún tratamiento específico.
Así encontramos:

• Champús antiparasitarios: contra pulgas, garrapatas, piojos...
• Champús para pelo blanco: acentúan el blanco puro del manto del perro y lo alejan del amarillo.
• Champús para pelo negro: normalmente con algún agente anticaspa.
• Champús de uso general: para todo tipo de perros.
• Champús para cachorros: más suaves y con olores más agradables.
• Champús medicados: con algún tipo de antiséptico o similares.
• Champús con aceite de visón: para pelos largos y enredados, especialmente para razas tipo Yorkshire.
• Champús con suavizante: para manto difícil de peinar.

Cualquiera que sea vuestra elección lo importante es utilizar agua tibia, para que el baño resulte un momento agradable para el animal, frotar bien con la ayuda de un guante de goma para eliminar el pelo muerto y las posibles manchas difíciles y repetir la operación si se hace necesario. También es importante no mojar las mucosas del animal, esto es, oídos, nariz, boca, ojos, ano y genitales, en la medida de lo posible. 

Tras el baño podemos proceder al secado, si el animal lo tolera, y al cepillado, sobretodo en los perros de pelo largo.

Para terminar podéis aplicar colonia de perro y así vuestra mascota estará ¡limpia y radiante!