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viernes, 27 de julio de 2012

Golpes de calor.

Foto: pacunar

Una de las cosas que debemos tener muy en cuenta durante el verano son los golpes de calor. Nuestros perros pueden sufrir uno y nuestra reacción ha de ser la adecuada para que las consecuencias no sean fatales.
Un golpe de calor es una subida de la temperatura corporal hasta el punto de poder causar daños irreversibles en el animal. Hay que pensar que los perros son más sensibles que las personas en cuanto a lo que a la exposición solar y al calor se refiere, por eso deberemos tomar algunas medidas para evitar los temidos golpes de calor.

  • No dejar a nuestro perro nunca en el coche durante el verano mientras nosotros hacemos algún recado. El calor del habitáculo puede ser mortal para él.
  • No dar paseos largos en las horas centrales del día (entre las 12h y las 16h más o menos).
  • No exponerlo al sol de manera prolongada.
  • Procurar que beba agua de vez en cuando durante los paseos y mantener el bol lleno y limpio en casa.
  • No exponer al sol a un perro recién pelado. El pelo les protege del sol y del frío, y al pelarlo lo expondremos su piel directamente.
¿Cómo saber si nuestro perro sufre un golpe de calor?
Lo habitual es que se quede sin fuerzas y se tumbe en el suelo, sin poder moverse. El ritmo cardíaco aumentará, la respiración también, podrá presentar las encías de un color azulado y salivar en exceso. 

¿Qué hacer?
Si no podemos acudir al veterinario de forma inmediata, remojaremos al animal con agua. No hay que dejarle beber en exceso. Es ideal colocar cubitos de hielo en las axilas y en la trufa y refrescar con toallas mojadas pero no cubrirle, y colocarlo a la sombra en un sitio fresco. Hay que actuar con rapidez, pues un perro puede morir en 10 o 15 minutos si sufre un golpe de calor grave.

Hay que tener especial cuidado con los perros de morro chato, como el boxer o el carlino, más propensos a sufrir el golpe de calor.